










Al final, como suele ser habitual en sus pastosos guiones, Paul Naschy muere simpre tras una trágica historia de amor a manos de su amada, y encima mueren juntos, malheridos y rodeados de llamas. Como siempre Paul Naschy se vuelve a repetir como el ajo una y otra vez sobre las constantes de su cine de telenovela barata, y encima los resultados no pueden ser peore. Un guión insoportable y aburridísimo, malos maquillajes, nada de terror o de gore, una dirección DE PUTA PENA, un apartado visual muy pobre y sobre todo, una completa ausencia de imaginación o talento en todos los frentes del film, que lo convierten en una verdadera ruina que se arrastra con verguenza por el fango de las peores producciones del cine de terror de la historia de España. Alguna tetita, un erotismo velado, y la preciosa presencia de Azucena Hernandez, una hermosa joven actriz, que a mediado de los 80 sufrió un accidente de tráfico que por desgracia, la dejo paralítica, privando al cine español de una de sus más atractivas estrellas emergentes de aquel entonces. Apareción especial de Narciso Ibeñez Menta, ya muy anciano, un símbolo del terror en España, y padre de Chicho Ibañez Serrador, el alma del 1, 2, 3, el concurso probablemente más famoso de la televisión de españa que ya murió hace mucho tiempo, víctima de los nuevos tiempos a los que era imposible adaptarse teniendo en cuenta su formato y planteamiento.
Este film de hombre lobo es de verdad poco recomendable y un verdadero despropósito. UNA PREGUNTA o DOS. ¿Cómo que tras resucitar Waldemar tiene un castillo amueblado esperándolo depués de varios siglos y encima con una fiel criada? ¿Cómo es que es tan secreto dónde estaban las tumbas de Bathory y Waldemar, si hasta al principio, un gordo y su acompañante, ladronzuelos de poca monta, son capaces de profanarlas para saquearlas? De verdad un bodrio infumable.
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