
















- un guión pésimo e insoportable
- una dirección que podría ser condenada a muerte en un tribunal de críticos de cine
- ausencia absoluta de terror
- interpretaciones que no se las traga ni su puta madre
- efectos reducidos a la más mínima expresión, haciendo parecer los films de la misma productora de los 60, superproducciones.
Encima todo esto no hace más que multiplicar los defectos del film convirtiéndolo en una especie de parodia mala y encima involuntariamente creo, el film se vuelve cómico por momentos: escenas como la de la ducha, el ritual satánico o la pelea final entre Drácula y Peter Cushing son lamentables. Con guiones como este y directores como este no solo va a la quiebra la Hammer, también gran productora de Hollywood tendría que cerrar. Lo que intentaron fué mezclar el mito de Drácula con la cultura joven de aquel momento, y todo en un entorno urbano, y el resultado final no pudo ser más malo y ridículo. Era como mezclar Woodstock o los Beatles en Londres con el Drácula de los 60. Un verdadero desastre y más en manos de los incompetentes que parieron esta bazofia. Encima tenemos que la poderosa presencia de Caroline Munro es COMPLETAMENTE DESAPROVECHADA. Su paso por el film y su hipnótica belleza son tiradas en balde a la basura. Imaginaros que la chica es vampirizada y aparece en la casa de la descendiente de Van Helsing y la vampiriza, en una escena lésbica soft... Lo cosa sí que podría haber dado mucho más de si. Pero donde no hay no hay. Ni se os ocurra ver este bodrio. ¡Encima Munro solo aparece unos breves momentos!
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