
















El inolvidable reparte mamporros Bud Spencer, con su gran presencia, aporta algo de carisma a esta producción. El film no está mal, hasta bien pasada su mitad de metraje, que es cuando se vuelve realmente atractivo e interesante. Es curioso que tanto los actos de planteamientos, presentación de personajes y desarrollo de la trama no sean especialmente vibrantes o destacados. Al final, como un buen mago que ha hecho una penosa función encima de un teatro ante un público duro y exigente, Dario Argento, saca un par de trucos estupendos de su chistera, deja a todo el mundo con la boca abierta y salva la función dignamente. El film no es lo mejor de Dario Argento: a veces aburre, a veces decepciona, y cuando todo estaba perdido, la cosa se levanta de forma prodigiosa y nos brinda un excelente final y resolución.
En este film no hay casi sangre, como sucedió en el pájaro de las plumas de cristal. Un film menor de Argento que solo debe de ser visto y analizado desde la perspectiva de entender su obra y filmografía, el resto o bien se puede aburrir o incluso decepcionar con el resultado final de un film que aunque al final salva los muebles con oficio, es más bien algo que pudo ser y se quedó en el camino. UNA RAREZA.
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