Un film de notable éxito a mediados de los 80, pero que hoy en día está más oxidado que el trabuco del bandolero Curro Jimenez.
En su tiempo esta producción de 12 millones de dólares de presupuesto recaudó 79 en los cines USA, siendo un bombazo. No olvidemos que la estrella de la función, Eddie Murphy, había reventado las taquillas de todo el mundo con la divertidísima Beverly Hills cop(1984) conocida en España como Super detective en Hollywood. La gente tenía ganas de más Eddie Murphy, y a su alrededor le construyeron este film que en principio iba a ser dirigido por John Carpenter(declinó la oferta pensando en las similitudes con su futura Golpe en la pequeña china - 1986) y protagoniza por Mel Gibson(que preparaba su film Arma letal - 1987). El film El chico de oro iba a contar con un enfoque más serio y dramático, con la destrucción del mundo en juego, pero al meterse el comediante Murphy, se reconstruyó todo el guión y el personaje protagonista, para que pudiera hacer el payaso bien a gusto y en toda su salsa.
La trama gira en torno al chico de oro, un niño con poderes mágicos increibles. El niño es raptado de su templo budista en las montañas por un demonio con forma de hombre, y sus deformados secuaces, que lo llevan a la ciudad de Los Ángeles, para ser sacrificado en una especie de ritual, con el que el malévolo demonio tomará su esencia y podrá conquistar el mundo. Charlotte Lewis es una mujer que pedirá ayuda al protagonista, experto detective en recuperar crios perdidos, que muestra su incredulidad ante tan fantástica historia. Pero durante la trama se enfrentará a múltiples pruebas, pesadillas y como no al final, al mismísimo demonio.
El film mezcla MUCHA COMEDIA, con fantasía y toques de efectos visuales, como el infierno o la excelente escena la la lata de Pepsi(lo mejor del film). Con toques de Indiana Jones (por eso de las pruebas que debe de superar en el templo tibetano) y toques retrospectivos imitando-copiando, los disparates iconoclásticos de Los Ángeles que tan curiosamente nos mostró en Super detective en Hollywood, el film se revela como un entrenimiento tan ligero como olvidable.
La trama es tan vacía como espantosa. La historia no engancha nada. Las secuencias no tienen nada de emocionante, salvo la mencionada de la lata de refresco. Y en general, el film es un soberano coñazo. Como film de acción no funciona, como film fantástico menos, y como comedia, el nivel de sus trazos de humor son tan bastos como erráticos. Es digno de estudio social como un film tan infantil y sumamente endeble, fue capaz de producir semejante éxito de taquilla. De verdad que por mucho que lo veo con paciencia e indulgencia, me parece tontorrón y hueco el producto final.
La escena del sueño-pesadilla con público incluido es sencillamente insoportable. Una película del montón que ahora es justamente olvidada. UNA PATATA que puede ser recordada con cierta nostalgia por algunos, pero de verdad que el film es MUY POCA COSA. Es increible ver que Golpe en la pequeña china, de John Carpenter, es un millón de veces mejor como film, y se estrelló en los cines. ¿Quién no puede decir que el mundo está loco, loco, loco...?
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La trama gira en torno al chico de oro, un niño con poderes mágicos increibles. El niño es raptado de su templo budista en las montañas por un demonio con forma de hombre, y sus deformados secuaces, que lo llevan a la ciudad de Los Ángeles, para ser sacrificado en una especie de ritual, con el que el malévolo demonio tomará su esencia y podrá conquistar el mundo. Charlotte Lewis es una mujer que pedirá ayuda al protagonista, experto detective en recuperar crios perdidos, que muestra su incredulidad ante tan fantástica historia. Pero durante la trama se enfrentará a múltiples pruebas, pesadillas y como no al final, al mismísimo demonio.
El film mezcla MUCHA COMEDIA, con fantasía y toques de efectos visuales, como el infierno o la excelente escena la la lata de Pepsi(lo mejor del film). Con toques de Indiana Jones (por eso de las pruebas que debe de superar en el templo tibetano) y toques retrospectivos imitando-copiando, los disparates iconoclásticos de Los Ángeles que tan curiosamente nos mostró en Super detective en Hollywood, el film se revela como un entrenimiento tan ligero como olvidable.
La trama es tan vacía como espantosa. La historia no engancha nada. Las secuencias no tienen nada de emocionante, salvo la mencionada de la lata de refresco. Y en general, el film es un soberano coñazo. Como film de acción no funciona, como film fantástico menos, y como comedia, el nivel de sus trazos de humor son tan bastos como erráticos. Es digno de estudio social como un film tan infantil y sumamente endeble, fue capaz de producir semejante éxito de taquilla. De verdad que por mucho que lo veo con paciencia e indulgencia, me parece tontorrón y hueco el producto final.
La escena del sueño-pesadilla con público incluido es sencillamente insoportable. Una película del montón que ahora es justamente olvidada. UNA PATATA que puede ser recordada con cierta nostalgia por algunos, pero de verdad que el film es MUY POCA COSA. Es increible ver que Golpe en la pequeña china, de John Carpenter, es un millón de veces mejor como film, y se estrelló en los cines. ¿Quién no puede decir que el mundo está loco, loco, loco...?
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