Aquí tenemos un film de vampiros y chupasangres... ¡HECHO EN ARGENTINA!
Con el dictador Juan Carlos Ongania dirigiendo el país, tras el golpe de estado en Argentina de 1966, el tema cultural es mirado con recelo y con lupa por los militares.
Recordemos el famoso incidente de la ópera Bomarzo, que no fué autorizada para representarse en el Teatro Colón, en Buenos Aires, aludiendo el gobierno que era violenta y que tenía contenido sexual.
Así que hay que tener las pelotas bien puestas, para rodar algo como este film, en aquellos tiempos en Argentina: terror, empalamientos, sangre y chicas desnudas.
Bueno, a la película no le reprocho nada técnicamente hablando. Está bien filmada, la fotografía es buena e incluso en escenas nocturnas, la iluminación cumple bien su objetivo.
La modestia de medios es tremenda. A falta de material audiovisual en aquel tiempo para mostrar murciélagos volando (el vampiro), se optó por un recurso inaudíto.
Se tomaron escenas de gaviotas volando por el cielo, se colorearon de rojo sangre, y... ¡Ya tenemos un vampiro volador! Lo increible es que es inconfundible que el bicho que vuela en esos planos rojizos, es un pájaro, no un murciélago.
Los diálogos son de lo mas absurdos y extraños. Y la película va a trancas y barrancas por aquí y por allá, sin demasiado ingenio o soluciones argumentales.
¿Qué decir que aqui los vampiros caminan a la luz del día como Pedro por su casa?
A veces da la impresión que son tres films entremezclados de forma incoherente. Por un lado tenemos una historia de época con vampiros, luego siglos mas tarde unos jóvenes van a una mansion abandonada, y los vampiros les acechan, y mas tarde hay escenas largas rollo hospital con vampirizadas, que parecen cortos.
Al final el metraje de 72 minutos (breve) se hace interminable, pues la película es un completo caos sin mucho criterio. Es una lástima, porque en Argentina si de algo pueden presumir, es de tener una población muy culta y letrada.
Es decir, que hay infinidad de artistas, escritores, pensadores, etc... Por tanto echando mano de algún hábil escritor, novelista o dramaturgo de aquel tiempo, pudiera haber por lo menos confeccionado una historia mas coherente, mejores diálogos y un conjunto mas estable e interesante.
El film ES UNA RAREZA.
Tiene su merito en el lugar que fué hecho y en que época social, pero si nos olvidamos de eso, sí se hubieran esmerado mas en la historia, podía haber salido una interesante película de vampiros.
Al final todo queda en un desarbolado y muy irregular film, que hay que tener bastante moral y unas cuantas cervezas encima para verlo, en estos tiempos.
Me encanta que el vampiro argentino, cuando muerde el cuello a la doncella de turno... ¡Le agarra las tetas!
Con el dictador Juan Carlos Ongania dirigiendo el país, tras el golpe de estado en Argentina de 1966, el tema cultural es mirado con recelo y con lupa por los militares.
Recordemos el famoso incidente de la ópera Bomarzo, que no fué autorizada para representarse en el Teatro Colón, en Buenos Aires, aludiendo el gobierno que era violenta y que tenía contenido sexual.
Así que hay que tener las pelotas bien puestas, para rodar algo como este film, en aquellos tiempos en Argentina: terror, empalamientos, sangre y chicas desnudas.
Bueno, a la película no le reprocho nada técnicamente hablando. Está bien filmada, la fotografía es buena e incluso en escenas nocturnas, la iluminación cumple bien su objetivo.
La modestia de medios es tremenda. A falta de material audiovisual en aquel tiempo para mostrar murciélagos volando (el vampiro), se optó por un recurso inaudíto.
Se tomaron escenas de gaviotas volando por el cielo, se colorearon de rojo sangre, y... ¡Ya tenemos un vampiro volador! Lo increible es que es inconfundible que el bicho que vuela en esos planos rojizos, es un pájaro, no un murciélago.
Los diálogos son de lo mas absurdos y extraños. Y la película va a trancas y barrancas por aquí y por allá, sin demasiado ingenio o soluciones argumentales.
¿Qué decir que aqui los vampiros caminan a la luz del día como Pedro por su casa?
A veces da la impresión que son tres films entremezclados de forma incoherente. Por un lado tenemos una historia de época con vampiros, luego siglos mas tarde unos jóvenes van a una mansion abandonada, y los vampiros les acechan, y mas tarde hay escenas largas rollo hospital con vampirizadas, que parecen cortos.
Al final el metraje de 72 minutos (breve) se hace interminable, pues la película es un completo caos sin mucho criterio. Es una lástima, porque en Argentina si de algo pueden presumir, es de tener una población muy culta y letrada.
Es decir, que hay infinidad de artistas, escritores, pensadores, etc... Por tanto echando mano de algún hábil escritor, novelista o dramaturgo de aquel tiempo, pudiera haber por lo menos confeccionado una historia mas coherente, mejores diálogos y un conjunto mas estable e interesante.
El film ES UNA RAREZA.
Tiene su merito en el lugar que fué hecho y en que época social, pero si nos olvidamos de eso, sí se hubieran esmerado mas en la historia, podía haber salido una interesante película de vampiros.
Al final todo queda en un desarbolado y muy irregular film, que hay que tener bastante moral y unas cuantas cervezas encima para verlo, en estos tiempos.
Me encanta que el vampiro argentino, cuando muerde el cuello a la doncella de turno... ¡Le agarra las tetas!
Nombres en otros paises:
Il sangue delle vergini
贞女的血液
krev panen
Blod af bliver
Veren mahdollisuuksia
sang des vierges
Blut der Jungfrauen
דם של בתולות
हैं । व्रत खून के
処女の血
처녀의 혈액
Blod av jomfruer
Krew panien
sangue das virgens
sange de la nici
blod av oskulderna
Kan kızların
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