Un artefacto comprensible, pero realmente extraño...
En su tiempo me dejó flipado su capacidad gráfica (visualmente los juegos parecían casi películas) pero todo era un mero espejismo.
Todo se tratava de hacer un reproductor de cds, que servía para escuchar música ¿? y que además tenía tres funciones: reproducir ciertos formatos de video, servía para usar cds multimedia y además servía para jugar. ¿Genial, verdad?
Pero vayamos por partes...
¿Cabia una película en un cd? ¿Que cojones era eso del MPEG 1? Ridículo...
A casi nadie le dio por copiar video VHS y pasárlos a cd. Es cierto que alguno vi por ahí, en casa de algún colega, pero era algo engorroso, lento y la calidad de imagen dejaba que desear.
De hecho... ¿Visteis vosotros que Columbia, Warner, Paramount, etc... se dedicaran a conversionar sus catálogos de films en cd?
La gente SIGUIÓ con el vhs para ver películas, hasta que unos pocos años mas tarde, a mediados de los 90, apareció el dvd.
Otro factor es que un video vhs a principio de los 90 valía... ¿150 euros, 200 dólares? ¡Joder llegaban a venderse hasta por 100 pavos!
¿Sabeis cuanto valía el cd-i cuando salió? 700 DÓLARES. 700... Era carísimo...
Te podías comprar una Supernintendo por 220 dólares, un video nuevo vhs por otros 200 y aún casi te quedaba 300 dólares para alquilar películas en tu videoclub habitual, y comprar juegos para tu consola.
Ese era otro punto...
Como máquina de juegos era terriblemente mala. La gente de aquellos tiempos recordamos el cd-i con cara de tontos. Era un cacharro malísimo, sus juegos eran un coñazo y estaban muy mal diseñados.
Nada podían hacer contra el catálogo de juegos de puta madre de la Megadrive o de la Supernintendo.
Luego tenemos el rollo multimedia, en plan educativo. En principio es una idea interesante, un buen sistema para aprender, atractivo y tal.
Muchos programas educativos actuales son multimedia, tienen su base en ese concepto, pero la realidad es que la explosión de internet (que en aquellos tiempos no tenía la velocidad de ahora) lo superó todo.
En primer lugar porque encontrabas de todo en internet. Desde textos sobre mariposas, un fanático que hablaba de nudos marineros o como hablar el Esperanto.
A lo que voy es que internet ofrecía una flexibilidad, y un elenco de temas interminables, superando el limitado y rígido catálogo multimedia del cd-i.
Y no nos olvidemos del porno... Internet tenía porno (aquello era una pasada en aquel entonces, la selva) y el cd-i como no te pusiera cachondo viendo la falda del vestido de la princesa Zelda, lo tenías crudo...
Repasemos:
- El cd-i no tenía películas en cantidad, en contra el vhs tenía miles y miles.
- El cd-i tenía unos juegos de pena, en contra de los excelentes de las consolas japonesas.
- El contenido multimedia del cd-i era interesante pero limitado. En internet las posibilidades culturales son ilimitadas y en todas las lenguas.
- El precio del cd-i era carísimo: 700 dólares en 1991.
Philips construyó diversos modelos, y licenció el cacharro a Goldstar, LG, Magnavox, Sony, Grundig y memorex.
Entre 1991 a 1998 lograron vender 570.000 unidades.
En definitiva era un producto caro, que como consola de juegos era nulo, que no servía de mucho para ver películas, que nadie usaba para cds de música (todo el mundo tenía sus buenas cadenas de alta fidelidad o radios guapas con subwoofer) y que como rollo educativo, pues como que no...
La única curiosidad destacable es que salieron algunos juegos con personajes de Nintendo: Zelda, Link, mario, etc..
En su tiempo me dejó flipado su capacidad gráfica (visualmente los juegos parecían casi películas) pero todo era un mero espejismo.
Todo se tratava de hacer un reproductor de cds, que servía para escuchar música ¿? y que además tenía tres funciones: reproducir ciertos formatos de video, servía para usar cds multimedia y además servía para jugar. ¿Genial, verdad?
Pero vayamos por partes...
¿Cabia una película en un cd? ¿Que cojones era eso del MPEG 1? Ridículo...
A casi nadie le dio por copiar video VHS y pasárlos a cd. Es cierto que alguno vi por ahí, en casa de algún colega, pero era algo engorroso, lento y la calidad de imagen dejaba que desear.
De hecho... ¿Visteis vosotros que Columbia, Warner, Paramount, etc... se dedicaran a conversionar sus catálogos de films en cd?
La gente SIGUIÓ con el vhs para ver películas, hasta que unos pocos años mas tarde, a mediados de los 90, apareció el dvd.
Otro factor es que un video vhs a principio de los 90 valía... ¿150 euros, 200 dólares? ¡Joder llegaban a venderse hasta por 100 pavos!
¿Sabeis cuanto valía el cd-i cuando salió? 700 DÓLARES. 700... Era carísimo...
Te podías comprar una Supernintendo por 220 dólares, un video nuevo vhs por otros 200 y aún casi te quedaba 300 dólares para alquilar películas en tu videoclub habitual, y comprar juegos para tu consola.
Ese era otro punto...
Como máquina de juegos era terriblemente mala. La gente de aquellos tiempos recordamos el cd-i con cara de tontos. Era un cacharro malísimo, sus juegos eran un coñazo y estaban muy mal diseñados.
Nada podían hacer contra el catálogo de juegos de puta madre de la Megadrive o de la Supernintendo.
Luego tenemos el rollo multimedia, en plan educativo. En principio es una idea interesante, un buen sistema para aprender, atractivo y tal.
Muchos programas educativos actuales son multimedia, tienen su base en ese concepto, pero la realidad es que la explosión de internet (que en aquellos tiempos no tenía la velocidad de ahora) lo superó todo.
En primer lugar porque encontrabas de todo en internet. Desde textos sobre mariposas, un fanático que hablaba de nudos marineros o como hablar el Esperanto.
A lo que voy es que internet ofrecía una flexibilidad, y un elenco de temas interminables, superando el limitado y rígido catálogo multimedia del cd-i.
Y no nos olvidemos del porno... Internet tenía porno (aquello era una pasada en aquel entonces, la selva) y el cd-i como no te pusiera cachondo viendo la falda del vestido de la princesa Zelda, lo tenías crudo...
Repasemos:
- El cd-i no tenía películas en cantidad, en contra el vhs tenía miles y miles.
- El cd-i tenía unos juegos de pena, en contra de los excelentes de las consolas japonesas.
- El contenido multimedia del cd-i era interesante pero limitado. En internet las posibilidades culturales son ilimitadas y en todas las lenguas.
- El precio del cd-i era carísimo: 700 dólares en 1991.
Philips construyó diversos modelos, y licenció el cacharro a Goldstar, LG, Magnavox, Sony, Grundig y memorex.
Entre 1991 a 1998 lograron vender 570.000 unidades.
En definitiva era un producto caro, que como consola de juegos era nulo, que no servía de mucho para ver películas, que nadie usaba para cds de música (todo el mundo tenía sus buenas cadenas de alta fidelidad o radios guapas con subwoofer) y que como rollo educativo, pues como que no...
La única curiosidad destacable es que salieron algunos juegos con personajes de Nintendo: Zelda, Link, mario, etc..
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