Es evidente que estamos ante un primerizo director que es su segundo film actua con notables errores mas propios de un entusiasmado amateur que de un tipo que tenga un mínimo de idea de que significa la expresión "productor cinematográfico".
El film es la clásica historia slasher de un grupo de jóvenes en plan La matanza de Texas, que caen en un lugar abandonado y boscoso en donde un gordo con cara de gilipollas los hace pedazos, mientras los graba en vídeo, haciéndole una colección guapa de pelis snuff. Esa es toda la historia de un guión pobre, un desarrollo sin imaginación y con unos actores a cada cual peor.
Pero la tarta no se puede quedar sin su guinda y no sino la incompetente dirección del director de este bodrio carente de interés. Cada martillazo tiene que ir acompañado de miles de litros de sangre. Un testículo estalla bajo la presa de un alicate y... ¡Hostias! ¡Parece que explotó una bomba nuclear llena de tripas y de mierda! Es increible que se mantengan tanto los planos, los primeros planos(enfocando de manera absurdamente dilatada caras, detalles y armas) y todo, en un ejercicio inconsistente de irrealidad, burda teatralidad mal entendida y de inexperiencia incontrolada y preocupante.
Pero entre tanto despropósito y absurdo hay algún buen detalle como de manera principal como se mata de manera cruel a un joven atado, a martillazos. Es una ejercicio de brutalidad, sadismo e inhumanidad que me resultó bastante contundente y desagradable. El único acierto de un film que no vale ni el cojón que reventarón durante su metraje.
Una basura con algún momento de lucidez, en concreto una escena final muy brutal. Ojo al dato con el puto gordo cabrón (vale, lo reconozco, me encantan las pelis de Austin Powers) al cual le clavan no se que en el ojo, la pierna, lo revientan a escopetazos y aun el hijo puta se levanta como terminator para dar por culo al personal. De verdad que al director se le fue la pinza varios pueblos.
En definitiva es un slasher bastante contundente pero muy poco creible y mucho menos interesante. Ni que decir que no produce nada, pero nada de terror.
Respecto al martillo de la afortunada escena, me recuerda mis tiempos mozos. A esos martillos de obra, para romper paredes y tal lo llamamos marros. De hecho existe una expresión que dice: "te voy a dar un marrazo" en referencia a que te voy a soltar una hostia que vas a flipar pepinillos. En las obras trabajé en una especie de cantera rompiendo rocas como coches y furgonetas de grande. Se rompían a martillazos porque estaba en medio de una area habitada y no se podía usar dinamita. El proceso consistía en taladrar las rocas desde arriba con una taladradora neumática, con unas barrenas muy largas. Tras hacer varios agujeros en línea perfecta, se metían en ellos unas cuñas de acero, y luego había que aporrear con el marro con unas hostias de cojones cada cuña, siguiendo el sentido de la línea. Al final las piedras se rajaban de forma increible y se cortaban en pedazos. Era un proceso muy duro y laborioso. Estaba yo y un chaval portugues y prometo que estuvimos bajo soles de justicia en verano uno taladrando las rocas y otro marronandolas. Era un trabajo muy duro, pero que muy duro. Por eso cuando veo en la tele a los mineros solo les puedo tener un enorme respeto y admiración, porque además de la dureza de su trabajo, se juegan la vida a cientos de metro bajo tierra, en unas condiciones durísimas.
Dedico la review a Arnoldo Rodrigo Ferrara, que me escribió desde Chile. ¡Un abrazo amigos y amiguitas de Chile!¡Gracias por seguir mi blog!
Source URL: http://ojoknesublogs.blogspot.com/2008/10/carver-franklin-guerrero-jr-carver-2008.htmlEl film es la clásica historia slasher de un grupo de jóvenes en plan La matanza de Texas, que caen en un lugar abandonado y boscoso en donde un gordo con cara de gilipollas los hace pedazos, mientras los graba en vídeo, haciéndole una colección guapa de pelis snuff. Esa es toda la historia de un guión pobre, un desarrollo sin imaginación y con unos actores a cada cual peor.
Pero la tarta no se puede quedar sin su guinda y no sino la incompetente dirección del director de este bodrio carente de interés. Cada martillazo tiene que ir acompañado de miles de litros de sangre. Un testículo estalla bajo la presa de un alicate y... ¡Hostias! ¡Parece que explotó una bomba nuclear llena de tripas y de mierda! Es increible que se mantengan tanto los planos, los primeros planos(enfocando de manera absurdamente dilatada caras, detalles y armas) y todo, en un ejercicio inconsistente de irrealidad, burda teatralidad mal entendida y de inexperiencia incontrolada y preocupante.
Pero entre tanto despropósito y absurdo hay algún buen detalle como de manera principal como se mata de manera cruel a un joven atado, a martillazos. Es una ejercicio de brutalidad, sadismo e inhumanidad que me resultó bastante contundente y desagradable. El único acierto de un film que no vale ni el cojón que reventarón durante su metraje.
Una basura con algún momento de lucidez, en concreto una escena final muy brutal. Ojo al dato con el puto gordo cabrón (vale, lo reconozco, me encantan las pelis de Austin Powers) al cual le clavan no se que en el ojo, la pierna, lo revientan a escopetazos y aun el hijo puta se levanta como terminator para dar por culo al personal. De verdad que al director se le fue la pinza varios pueblos.
En definitiva es un slasher bastante contundente pero muy poco creible y mucho menos interesante. Ni que decir que no produce nada, pero nada de terror.
Respecto al martillo de la afortunada escena, me recuerda mis tiempos mozos. A esos martillos de obra, para romper paredes y tal lo llamamos marros. De hecho existe una expresión que dice: "te voy a dar un marrazo" en referencia a que te voy a soltar una hostia que vas a flipar pepinillos. En las obras trabajé en una especie de cantera rompiendo rocas como coches y furgonetas de grande. Se rompían a martillazos porque estaba en medio de una area habitada y no se podía usar dinamita. El proceso consistía en taladrar las rocas desde arriba con una taladradora neumática, con unas barrenas muy largas. Tras hacer varios agujeros en línea perfecta, se metían en ellos unas cuñas de acero, y luego había que aporrear con el marro con unas hostias de cojones cada cuña, siguiendo el sentido de la línea. Al final las piedras se rajaban de forma increible y se cortaban en pedazos. Era un proceso muy duro y laborioso. Estaba yo y un chaval portugues y prometo que estuvimos bajo soles de justicia en verano uno taladrando las rocas y otro marronandolas. Era un trabajo muy duro, pero que muy duro. Por eso cuando veo en la tele a los mineros solo les puedo tener un enorme respeto y admiración, porque además de la dureza de su trabajo, se juegan la vida a cientos de metro bajo tierra, en unas condiciones durísimas.
Dedico la review a Arnoldo Rodrigo Ferrara, que me escribió desde Chile. ¡Un abrazo amigos y amiguitas de Chile!¡Gracias por seguir mi blog!
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