De verdad que Jacinto Molina alias Paul Naschy es un caso indescifrable. En esta ocasión, Paul Naschy rescató el interesante personaje de Alaric de Marnac de un film que protagonizó un año antes llamado El espanto surge de la tumba. El noble Alaric de Marnac fué ejecutado junto a su amada bruja, volviendo a la vida en los tiempos actuales, según se describe en el film de 1973. En cambio en este film lo que se propone es explicarnos en el entorno medieval quien era realmente Alaric de Marnac, como era, porqué se metió en la magia negra y como obtuvo los poderes maléficos. ¡PERO QUE DECEPCIÓN! Olvidaros de todo esto que os he planteado lineas atrás. NADA QUE VER CON LO QUE ES EN REALIDAD ESTE FILM.
Sí es Alaric de Marnac, en su ambiente medieval y su castillo, y como se mete en la magia negra. ¡Pero el brujo que contrata para su instrucción en las artes oscuras es un fraude, un estafador! Entonces se inicia un reinado de terror, muerte, torturas y sacrificios humanos en ese castillo en un ambiente que mezcla la ignorancia con el fanatismo. Alaric sufre ataques epilépticos monstrándonos una posible base real de su demencia mental. Al final descubre el fraude del falso brujo y lo atraviesa con su espada. Loco y enfurecido prosigue con sus tortutas y putadas al personal, para satisfacer sus ansias homicidas y sádicas. SE QUEDA TUERTO. Y al final el espadachín bueno logra sublevar al pueblo que asalta el castillo y al final matan al loco noble atravesándole el cuerpo y el cuello con flechas. PUNTO Y FINAL. Nada de brujería, de poderes malignos y nada que ver este Alaric con el primer Alaric del espanto. ¡Hasta las mujeres son diferentes! ¡La bruja del espanto es de pelo negro y la del mariscal es rubia platino! En fin, como comenzaba diciendo Paul Naschy es un caso. Como le sucede con Waldemar Daninsky, lo ha matado y resucitado mil veces, en distintos contextos, con distintos personajes y al final llegamos a la conclusión de que ningún Waldemar tiene que ver con los otros. Lo mismo sucede con estos Alaric de Marnac: ninguno tiene nada que ver con el otro. Una decepción. En cambio analizando el film como un film medieval acerca del concepto de la brujería de aquel entonces, en un contexto realista, pues es aceptable.
Leon Klimovsky no está muy inspirado, pero no cabe duda de que el guión es decepcionante y muy plano. hay muchas escenas de espachines y tal, y parece que hasta pretender mezclar dicho género con la base de este film. Incluso hay una inclusión de una escena de tortura, en la que colocan una corona de hierro al rojo vivo en la cabeza de un viejo, sacada casi directamente de la segunda parte de las torturas de la inquisición, aquella decepcionante secuela de origen alemán, del fenomenal film de 1970. En definitiva, este film es bastante pesado, empalagoso y ofrece bien poco que sea destacable. No me convenció nada de nada. Es como una versión cutre de films de la edad media con ciertos toques de supuesto terror rural.
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