Todo un bombazo en su tiempo y razones no le faltan. El segundo film de terror del director español nacido en galicia, Amando de Ossorio es todo un puntazo. Unos templarios en Portugal, en el siglo XII, hacían terribles rituales satánicos con sacrificios humanos incluidos para tener el favor de las tinieblas y como no volver, después de la muerte para sembrar el terror entre los vivos. Contemplaremos como una joven prisionera es torturada a espadazos de dos templarios montados a caballo y que le abren literalmente el pecho. Los templarios luego, cual vampiros sedientos de sangre, chuparan la sangre de las heridas de la moribunda agonizante... ¿Lo pillais? Tortura, tias buenas en pelotas, gore y cierto sadismo por detrás. En los tiempos actuales vemos que dos chicas se ven para ir a una excursion al campo en tren, y al verse rememoran tiempos lésbicos en la que la loba inició en el lesbianismo a la pequeña cordera. MÁS MORBO EN EL ASADOR.
Luego como no, los muertos templarios y mudos vuelven a la vida y se cargan a la chavala en unas ruinas. Luego el cuerpo muerto en la morgue ataca y le come el cuello a un empleado que había por ahí, y luego en un taller de costura y modelos ataca a otra mujer, consiguiendo esta quemar a la zombie. Luego al final un grupo está en las ruinas y un rudo hombre le pega dos hostias a la lesbiana, y se la folla, violándola. Luego tras el polvo la mujer está algo mosqueada (no se le nota demasiado igual porque es bisexual y también le mola comer zanahorias) y entonces aparecen los muertos templarios otra vez. Al final tras la matanza la joven consigue alcanzar un tren, pero los templarios lo asaltan y masacran a todo el mundo. En una cruda escena (lo digo en serio) vemos como los muertos medievales se ceban en una niña moribunda. Al final el tren llega a un pueblo y la joven está con el pelo blanco, y se pone a chillar mientras la gente descubre los vagones llenos de cadáveres.
A ver, el film es la polla. Primero porque tiene un montón de escenas audaces como la de la niña al final (muy breve), violaciones o la escena lésbica y como no, el sacrificio humano. El film tiene sangre, violencia y sexo. Parece una especie de collage de escenas sueltas interesantes sin que el guión (que alterna demasiado la trama del campo a la ciudad, y de unos personajes a otros) sea muy capaz de darnos una trama coherente o explicaciones razonable. Incluso en las escenas de la zombie se ve una clara influencia del cine italiano de aquel entonces. Por eso, es increible que con un film de este morbo, potencia y calidad, el guión cojee de esa manera tan evidente sobre todo en su parte media.
No obstante mientras Paul Naschy se vestía de hombre lobo y saltaba como una mona sin mostrarnos ni sexo ni sangre, un tipo en Galicia sí tenía las pelotas de hacer cine gore de verdad para adultos, y eso no pudo sino significar toda una revolución cinematográfica en España, a principio de los 70, en cuanto a cine fantástico. UN FILM QUE DEBES VER A TODA COSTA. El éxito dió lugar a tres secuelas más que fueron disminuyendo en calidad e interés.
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